martes, 30 de octubre de 2012

Fuente inagotable.

Como aquella canción que nunca borras de tu reproductor. Como esa foto mejor conservada. Como la rutina de cada día que nunca cambia. Como la mayor de las travesuras jamás realizada. Como la necesidad de querer más, de necesitar más. Como esa sensación de no poner nunca un punto y final. Y volver a caer. Y no saber cómo ni por qué acabar queriéndote más de lo que imaginaba. Con la certeza de que nunca podrá acabarse. Siempre habrá una unión, un vínculo, una fuerza que no nos deje terminar con todo. Algo que haga que nos necesitemos día a día, como si del mismo agua se tratara, como aire para respira, como comida para poder vivir. Y encontrar una salida, bien sea buena o mala, pero encontrarla.

martes, 23 de octubre de 2012

Siempre hay un amor que nos marca para siempre.

Como dicen, siempre hay un amor que te marca para siempre. No tiene por qué ser el primero o el más reciente. Y este, así lo hizo. Me marcó. Lo tenía presente a cada paso que daba a pesar de que hacía tiempo que solo quedaban cenizas donde un día hubo fuego. Formaba parte de mi irremediablemente. Era absurdo creer que ya lo había olvidado, pues nunca lo olvidaré. Lo cual no significa que mi vida se haya estancado en ese profundo amor. Únicamente quiere decir que para mí, el amor perfecto será ese. Ese ya pasado. Ese ya acabado. Ese que tanto me hizo sentir, con el que tanto sufrí y que tanto me enseñó.

sábado, 6 de octubre de 2012

Papá, ¿te acuerdas de mí?

Hola papá, ¿me recuerdas? Sigo aquí, aunque tú te hayas ido.
¿Recuerdas mi sonrisa? Era la mejor de las sonrisas solo cuando tú me hacías cosquillas.
Papá, las cosas han cambiado mucho. Te echo de menos. Esto ya no es lo que era.
¿Por qué decidiste irte? Nunca lograré entenderlo. Joder, éramos felices hasta que desapareciste.
Todo iba bien, ¿recuerdas? Todo estaba en orden. Acabábamos de empezar el colegio, otro año más. Volvíamos a la rutina pero nunca imaginamos que tendría que ser sin ti.
Y aquel 15 de septiembre todo cambió. Todo cuanto habíamos construido los cuatro se cayó por la borda. Tú lo tiraste por la borda.
¿Sabes qué es lo peor? Que no te guardo ningún rencor.
Siempre serás uno de los pilares más importantes para mí. Porque sin ti, nunca hubiese podido haber un "yo".