Tengo miedo del futuro. Del qué dirán. Miedo de qué pasará mañana. O qué ocurrirá dentro de un año. A veces pienso que es mejor así, teniendo miedo, esperando al futuro. Queriendo que llegue el día en que el miedo deje de existir.
Tengo un problema, no sé qué quiero que pase. No sé cómo quiero vivir ni con quién. No sé si quiero apoyarte o si quiero hundirte más. No sé qué te mereces, ni siquiera sé qué merezco yo.
"Merezco ser feliz" pienso a veces. Otras en cambio pienso "pero a su lado..." Y entonces todo mi mundo se desvanece. Todos tus recuerdos vuelven y todas mis dudas ocupan mi mente.
Joder, ¿por qué seré así? ¿por qué tendré más sentimientos que todos ellos? ¿Por qué no seré como quienes quieren lo que es suyo, olvidándose de quien se lo de?
Todo esto hace que me odie. Que me odie por no saber ni qué pensar. Que me odie por no saber lo que quiero y por situarme en un puto mar de dudas del que jamás podré salir.
Te quiero, sí, es cierto, pero, joder, quiero también lo que me corresponde. Al igual que ellos.
Quiero ser feliz pero no lo podré ser contra ti. Solo puedo serlo contigo. Y sé que es imposible. Por lo tanto, ¿no encontraré nunca la felicidad?
Joder, me has jodido la vida. Tío, podrías pensarte las cosas antes de arrastrar a la gente que te quería... a la gente que te quiere.