miércoles, 3 de diciembre de 2014
Putas mariposas.
Dime que no quieres que el final de todo esto llegue. Dime que deseas más que nunca volver a verme. Dime todas aquellas cosas que no parabas de decirme. Dime que las mariposas han vuelto a inundarte. Dime que ya no temes, que ya no dudas, que ni siquiera ya piensas, que solo sueñas y sientes.
Vuelve a subirme a las nubes, vuelve a hacerme sentir especial, vuelve a darme besos en la frente, esos que solo tú sabes dar. Vuelve a ponerme nerviosa. Vuelve a besarme como aquel día. Necesito tus besos, ¿sabes? Necesito tus palabras y tu sonrisa. Necesito tus ojos fijos en mi mirada. Necesito tu respiración cerca de la mía. Necesito tus brazos rodeando mi cintura. Necesito tus manos entrelazadas con las mías. Te necesito... te necesito para volver a sentir todas esas mariposas que solo a tu lado siento. Las putas mariposas.
"Si siempre dices nunca, nunca será siempre".
miércoles, 5 de noviembre de 2014
Hoy soy feliz.
Porque he aprendido que mi vida es mía, he aprendido que el que juega contigo no merece pertenecer a ella. He aprendido que da igual si a alguien le tienes que decir "adiós", porque ya llegará otro al que decirle "hola". He aprendido que la felicidad no está a lado de alguien sino en mi interior. He aprendido que hay cosas imperdonables y hay despedidas inevitables. He aprendido a sonreír sin llorar después.
Ahora puedo decir que soy feliz con lo que tengo, que soy feliz con lo que soy. Ahora puedo decir que soy feliz por mí. No por nadie más. Hoy soy feliz por todo lo que he conseguido, por todo lo que he luchado, por todo lo que he peleado y por todo lo que hasta hoy he ido aprendiendo.
Porque hoy sé que los sueños solo se cumplen si los persigues. Hoy sé que un sueño se hace realidad cuando lo deseas con tanta fuerza que te agotas. Hoy sé que los sueños tenemos que cumplirlos nosotros mismos, sin nadie más.
Hoy sé lo que es ser feliz, sé lo que es cumplir mis sueños, sé lo que es sonreír de verdad, sé lo que es desear que los días no terminen porque no es necesario que se acaben.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
Elígeme a mí.
martes, 8 de julio de 2014
Leer es vivir en otro mundo.
Coges un libro, lo abres, lees las primeras páginas. Un nuevo mundo ha comenzado. Las palabras dejan de ser palabras para convertirse en actos, en escenas, en una película interna que en tu cabeza ya ha comenzado. Esa es la magia de la lectura. Esa es la magia que se esconde tras un libro. Saber leer más allá de las palabras. Saber ver más allá de todos los puntos, tildes, párrafos, capítulos.
Magia que pocos poseen. Magia que pocos esperan sentir. Magia que solo unos sabemos valorar. Sabemos apreciar. ¿Quién dice que la lectura es aburrida? Aquellos que no ven magia en las palabras. ¿Quién dice que no le gusta leer? Aquellos que no sienten leyendo un buen libro. Aquellos que no saben que la lectura te evade de la realidad. Te lleva a otro mundo. A ese mundo mágico.
¿Quién ama la lectura? Aquellos que no vemos personajes en los libros, sino amigos, sino acompañantes en el viaje. Acompañantes diarios. Aquellos que leemos una frase y, al instante, deseamos leer la siguiente. Porque no podemos dejar de leer. Porque la película tiene que continuar, ¿cómo se va a quedar así?
La lectura es la escapatoria. Es la vía de escape de la vida. De la realidad. De nuestra realidad. Es vivir en los personajes. Vivir en la historia. Sentir lo que los personajes sienten. Pensar como los personajes piensan. Actuar como ellos actúan. En definitiva, leer es vivir en otro mundo.
miércoles, 2 de julio de 2014
La mejor de las sensaciones.
Me encantabas incluso cuando eras insoportable. Me encantaba tu cabezonería. Me encantaba que siempre quisieras llevar razón, incluso cuando no la tenías. Tu mirada junto a la mía. Tus brazos en mi cintura. Tus labios junto a los míos. Y, es que, me encantaba tanto sentirte cerca. Era la mejor de las sensaciones. Tú. A mi lado. Eternamente.
Qué pena que todo eso solo fueran mentiras. Solo fueran ilusiones rotas. Falsas esperanzas. Qué pena que todo fuera una ilusión. Qué pena. Tanto te quería que... aún lloro por ti.
martes, 24 de junio de 2014
El relato del gato.
Dicen que tengo siete vidas pero, ¿cuántas he malgastado ya? No lo sé. Solo sé que me encuentro aquí, como tantos otro días, maullando cada vez más bajo, cada vez con menos fuerza, intentando que alguien me escuche. ¿Mis dueños? Qué va, esos ya no saben que existo. Dicen que soy cariñoso, pero yo ya me he vuelto arisco, los golpes de la vida, supongo. Cada día vuelvo a levantarme, vuelvo a caminar sobre estas cuatro patas. Pero esto tan solo es mi condena. Tan solo es el final de mis días, ¿o de una de mis vidas? Tampoco lo sé.
Dicen de mí que soy audaz, pero ni fuerzas para eso me quedan. No sé, supongo que yo seré la excepción que confirma la regla, ¿no? También he oído por ahí que los gatos y los perros no se aguantan pero eso es porque no conocen a Tobi, es mi mejor amigo, y nadie logrará llevarse con él mal nunca. Así que, otro mito falso. En fin, me voy de aquí, a ver si consigo un poco de atención por parte de mi dueño. Saludos gatunos.
miércoles, 18 de junio de 2014
El pasado es pasado y ahí debe quedarse.
-¿Necesitas que te responda a eso?-dije sin poder levantar mi vista del suelo.
-Mírame a los ojos-contestó él.
-No quie... no puedo.-dije sin levantar la vista del suelo.
-Si puedes. Hazlo.-me dijo mientras me tocaba el rostro haciendo un ademán de moverlo hacia sus ojos.
Ya basta. Esto no puede seguir así. Otra vez con lo mismo. Otra vez su preciosa mirada atrapándome. Otra vez sus enormes ojos verdes tratando de hablarme. No quiero. Ya no más. Es hora de pasar página. Por no hablar de sus sonrisa, dios, esa perfecta sonrisa me tenía hechizada. Y cada palabra que a mi oído susurraba. No. Ya basta. Noa, deja ya de pensarlo. El pasado es pasado y ahí debe quedarse.
Aunque su mirada te hiele y su dulce aroma te arda en tu interior. Aunque su sonrisa provoque al instante una tuya y un fuerte rubor en las mejillas. Aunque sus palabras, susurradas a tu oído te estremecían. Aunque a su lado tus mejores momentos pasaste. Aunque a él todo le entregaste. ¿Qué esperas encontrar? Ya solo quedan recuerdos. ¿Qué esperas vivir? Solo son resquicios de lo que ya terminó.
Ya basta, Noa, ya basta.
domingo, 1 de junio de 2014
Solo quería quererte.
No sé cómo siquiera pensé en pasar un segundo más a tu lado.
Aún pienso en cómo sería estar cerca de ti cada día. En verte sonreír a mi lado cada mañana. En desearte buenas noches con tus brazos rodeando mi cintura. En pensar que soy yo y no otra la que te quiera, te mire y te mime. En recorrer un camino juntos, de la mano, olvidándonos del pasado y pensando en el futuro, uno a lado del otro.
Solo quería que tu felicidad fuera a mi lado. Que tus abrazos fueran mi mayor refugio. Que tus palabras fueran mi huida del mundo. Que tú fueras mi mayor tesoro, ese que cierras bajo llave para que nadie se pueda llevar.
Solo quería pasar un segundo más a tu lado y demostrarte que yo puedo darte lo que necesites. Solo te quería a ti, solamente a ti.
miércoles, 21 de mayo de 2014
Un instante vale para cambiar toda una vida.
No puedo hablar. Las palabras no salen. La voz entrecortada pide que me calle. El futuro estaba en sus manos y a cambio lo ha desecho, lo ha tirado a la basura, haciéndolo trizas y traicionándome, una vez más. Aún no entiendo el porqué, no entiendo el cómo ni mucho menos el cuándo. Solo entiendo que todo ha cambiado y que tan solo soy una puta pieza más en este juego que tú mismo inventaste.
No quiero llorar pero las lágrimas desean salir. No quiero estar mal, tan solo estar feliz. No quiero sufrir. Esto no es culpa de nadie. Solo del maldito destino que ha decidido que ese no era mi lugar. Que yo no debía estar ahí y que mi sitio sería ocupado por otro. O tal vez por nadie. Tal vez tan solo habría vacío.
No sé cómo hemos llegado a esto. Hay tantas cosas que no sé. Lo único que hoy tengo claro es que no hay vuelta atrás. Esto está decidido y el futuro ha elegido su camino.
domingo, 11 de mayo de 2014
Jamás se llenará el vacío de mi interior.
Odio sentir este jodido vacío en mi interior. Odio que faltes en mi vida. Odio despertar y saber que no estarás. Odio saber que esto ha llegado al final. Odio pensar que las cosas ya no tiene vuelta atrás, que la vida al igual que te puso en mi camino, te ha alejado de él. ¿Por qué? Yo te quería. ¿Por qué fuiste tan egoísta de no darte cuenta de eso? ¿Por qué no pensaste antes de actuar?
Quiero arrancarme tus recuerdos de mi cabeza. Quiero eliminar tus fotos de mi vida. Quiero olvidarte y jamás recordarte. Quiero ser feliz y sonreír, sin tener que llorar después. Quiero vivir, vivir la vida como antes la vivía contigo. Quiero que sepas que jamás se llenará este vacío que aguarda en mi interior. Quiero que sepas que sigo atrapada en estas cuatro paredes que hoy son mi refugio. Quiero que entiendas que mi vida no es la misma desde que te fuiste, que marcaste un antes y un después como nadie nunca lo había hecho. Quiero que seas feliz, pero maldigo cuando quería que lo fueras a mi lado. Siempre a mi lado.
Quiero seguir adelante. Siempre adelante.
viernes, 25 de abril de 2014
Pequeña, decía.
Pequeña, seguía escuchando en su cabeza. Y las lágrimas no paraban de descender. La sonrisa amarga trataba de ocultar la tristeza. Pero era imposible. Malditos recuerdos, pensó. ¿Por qué tuvo que alejarse? ¿Por qué todo terminó como si de una película se tratara? Aunque, a decir verdad, esto no tuvo un final feliz. Su rostro la delata. Cuántas veces había dormido a su lado y ahora, era la soledad quien la acompañaba. Qué ironía. Ahora la almohada era eso a lo que aferrarse. Ahora su cuerpo no estaba rodeado por sus brazos. Y sus labios pedían a gritos un poco más. Un segundo más a su lado. Sus labios querían sentirle. Querían volver a su lado. Al igual que ella. Que ahora no hace más que cerrar los ojos tratando no pensar.
Daría lo que fuera por un abrazo suyo. Por ver su sonrisa cada mañana, al despertar. Pero él ya no está. Él ha decidido no estar. Solo le queda el recuerdo de lo que fue la mejor de las historias.
lunes, 21 de abril de 2014
Las horas del reloj corrían y corrían en su contra.
Ella no era del todo consciente pero no había marcha atrás. El destino había llegado. El ayer se había encontrado con el hoy y había dejado de existir ese siempre que se quedaba suspendido en el aire. Trataba de acercarse a aquello que siempre deseó pero se veía incapaz. Soltó un leve suspiro. Ya es tarde, pensaba. Pero no podía parar. No. Aún no. Aún tenía fuerzas para seguir luchando. Aún le quedaba la esperanza, que es lo último que se pierde o eso dicen. Solo una última vez, dijo casi sin aliento. Ambos lo merecemos. Así que corrió. Corrió tras él. Como nunca en su vida lo había hecho. Corrió hacia aquel moreno de ojos verdes que le quitaba el sentido. Corrió hacia el chico que le dejaba sin respiración y que, curiosamente, le había salvado en más de una ocasión. Corrió incluso cuando sus piernas le gritaba que parase. Su respiración se entrecortaba. Apenas podía divisar el rastro que dejaba aquel muchacho a su paso por aquella inmensa ciudad. Pero no podía rendirse. No. Aún no. Le quiero, joder, le quiero.
El echó la vista atrás. Trataba de asegurarse de que ella no le seguía. Menos mal que no me sigue, pensó. Está seguro de que ha hecho lo correcto. Sus ojos, aún llorosos, miraban al frente. Debía escapar cuanto antes de allí. No podía parar. Ahora está más decidido que nunca. No necesita correr. No necesita pensar. Tan solo caminar. Tan solo disponerse a continuar. La historia había finalizado, al menos para él. Caminaba con las manos en los bolsillos. Su móvil sonaba insistentemente. No era el momento de responder a eso. No tenía fuerzas para contarlo. Para compartirlo con nadie. ¿Y si era ella? Aún menos podía coger. Ya le había dicho todo; ya no le quiero, joder, ya no le quiero.
domingo, 6 de abril de 2014
Hoy vengo a escribirte.
Hoy vengo a escribirte para no olvidarte, para recordarte. Para tenerte siempre presente. Hoy vengo a decirte que te quiero. Hoy vengo a que sepas que tu recuerdo vive en mí. Hoy vengo a decirte que vuelvas, que te echo de menos. Hoy vengo a que me digas la verdad. Hoy vengo, solo por ti. Hoy pido tu regreso. Hoy pido por ti, por mi, hoy pido por nosotros. O por lo nuestro, no lo sé. Hoy solo pido tu felicidad. Aunque sea en brazos de otra. Aunque sea en otra vida, en otra parte, en otro mundo. Hoy pido que te quieras tanto como yo te quise. O te quiero.
Hoy vengo a escribirte a ti, que vives en mí, conmigo, aquí. Hoy solo quiero verte. Solo quiero escucharte. Sentirte y tocarte. Hoy solo te quiero a ti. Hoy vivo de aquellos recuerdos. Hoy vivo de tu sonrisa. De tu mirada. Vivo de tu voz y de tus palabras. Vivo pendiente de aquella mirada que me hizo enloquecer. Vivo del escalofrío que recorre mi piel cuando me hablan de ti. Vivo de la foto que inmortalizó aquel momento. Aquel momento en el que decidí alejarme. Alejarme de ti. Era mejor para los dos, ¿no?
Hoy vengo a decirte que, te quiero. Te quiero desde el momento en el que te fuiste. En el que viniste. Te quiero desde el momento en el que tu mirada me dijo `te quiero`. Te quiero desde que me abrazaste, me agarraste y jamás me soltaste. ¿En qué momento decidí que era mejor así? ¿En qué estúpido instante decidí dejarte ir?
Hoy solo vengo para decirte que fui la persona más idiota del mundo por pensar que sin mí estarías mejor mejor. Hoy vengo a decir que, quizás tú estés mejor sin mí, pero, siendo egoísta, yo te necesito a ti.
Hoy vengo a escribirte a ti, que ya no estás.
viernes, 4 de abril de 2014
Debes saberlo.
Por otro lado, es importante que sepas que tienes sus bajones, sus idas y venidas, sus más y sus menos, pero todo eso valdrá la pena cuando salga a flote. Cuando sientas que una sonrisa tuya ha implicado una suya. Él no es de los que olvida fácil, o de los que mienten. Es de los que dice todo lo que piensa, aunque sepa que te hace daño. Solo quiere tu felicidad y sabe que quieres sinceridad. Por eso, no habrá
No tiene un cuerpo diez, pero ¿sabes qué? Eso te dará igual. Porque en el momento que disfrutes de su compañía, el físico pasará a un segundo plano. Incluso dejará de existir para ti. Sus palabras te atraparán de tal forma que su cuerpo no servirá de mucho. De verdad. Te dará igual cómo venga o cómo se vaya. Solo te fijarás en su interior. Él es de esos chicos que no valora un físico, sino una buena voz, mirada, sonrisa, o unos buenos besos cuando hacen falta.
Y, ¿su mirada? Su mirada te dice todo. Te mantiene en pie cuando tu cuerpo te dice que no puedes más. Te alivia en todo momento. Te da seguridad a la vez que libertad. Te hace volar a otro mundo. De verdad. Sabrás que no exagero cuando le mires a los ojos durante dos minutos. Sabrás lo difícil que es mantener esa perfecta mirada. Sabrás el impulso que sentirás de besarle al instante. Sabrás que digo la verdad y no miento cuando te digo que es uno de los mejores chicos que he conocido. Y, por desgracia, que he perdido.
martes, 18 de marzo de 2014
Felicidad, ¿qué es eso?
Solo puedo decir que aunque no crea en la felicidad, creo que en los grandes momentos con grandes personas. Creo que en los días buenos y creo en los malos. Creo que en los buenos momentos al lado de buenas personas. Y creo que estamos hechos de todos esos momentos, esos días, esas personas.
No soy de las que dicen que la felicidad hay que alcanzarla o que algún día llegará o cosas de esas que ni yo misma me creo. Pero sí que disfruto de cada momento. De cada día. De cada persona que tengo a mi lado. Porque creo que eso es la felicidad. Reír con el que quiera reír. Llorar en los hombros de quien quiera escucharte mientras lo haces. Rodearte de personas por las que valga la pena sonreír.
Recuerdo una vez que dije que si conseguía estudiar lo que siempre había soñado sería feliz. Por el resto de mi vida. De mi tiempo. Pero a día de hoy pienso en lo absurdo de esa frase. Porque por mucho que persigas un sueño, siempre tendrás impedimentos. Metas por alcanzar. Cada vez más y más difíciles, que estarás más y más lejos.
Ahora mismo, después de tener un día bastante divertido o "feliz" si queréis llamarlo así. Tengo que decir que me encuentro bien. Me siento bien estudiando lo que siempre había soñado. Persiguiendo el sueño por el que vivo cada día. El sueño por el que me levanto y decido seguir. Pero, ¿sabes cómo me siento realmente bien? Pudiendo compartir ese sueño con toda la gente que tengo a mi lado.
En fin, esta ha sido la reflexión que he querido compartir con vosotros después de haber tenido un gran día.
viernes, 14 de marzo de 2014
Ahora la gente no sabe lo que es querer.
Y hay quien no sufre por amor. No sufre porque no sabe qué es amar. Qué es querer. Porque cuando quieres, cuando te enamoras, todo pasa a un segundo plano. Todo importa bien poco cuando esa persona está a tu lado. Todo se vuelve demasiado pequeño a su lado. Porque el amor es tan grande que no te cabe dentro. Y debes soltarlo. Debes decirlo. Porque así el amor es compartido. Y el amor compartido es más bonito.
Y cuando ese amor termina, lloras. Lloras porque duele. Y duele porque tiene que doler. Porque la angustia te recorre el cuerpo. Porque los recuerdos llegan a tu mente y duele. Claro que duele. Pero es que no hay amor sin dolor. No se puede querer sin sufrir. El sufrimiento forma parte del amor. Pero, lo bonito que tiene el amor es que la magia que habita en él supera todo ese dolor. Todo ese sufrimiento alguna vez vivido.
Y nadie, nadie puede odiar a quien ha dicho amar. Nadie puede olvidar en dos días. Ni puede querer en dos besos. Nadie puede enamorarse en un instante. Nadie.
domingo, 16 de febrero de 2014
Se está acabando.
Se está acabando. Todo con todos se está acabando. Se está apagando la llama que me mantenía encendida. Todo aquello que siempre habíamos luchado por tener, se esfuma como la brisa en un día de verano. Cada palabra desafortunada se ahoga ahora en el mar que ha decidido rodearme. Cada mal gesto, mala cara, habla por sí sola y decide romper todo esto.
Hay veces en las que nada es suficiente. En las que el dolor es tan grande que ni la mayor de las alegrías puede con ello. Hay veces en las que solo queda huir. Antes de hacerte pequeñita y que la pena te atrape con su red. Lo mejor es huir. Dejarlo todo atrás y correr. Correr hasta que no puedas. Hasta que tus piernas decidan pararse. Hasta que te encuentres tan cansada que solo quieras dormir. Aunque sea para no pensar.
Para no pensar en todo el dolor que tienes dentro. En todo el dolor que has intentado dejar atrás. Pero, a veces, los intentos son en vano.
Y te quedas ahí. Quieta. Sin saber qué hacer o qué decir. Solo sabes que todo se está acabando.
lunes, 10 de febrero de 2014
La soledad.
Le costaba mirarse al espejo. No se reconocía y eso le mataba por dentro. 'Con lo luchadora que he sido yo siempre', decía. Pero ahora estaba más débil que nunca. Ahora lloraba como si el mundo acabase mañana. Se había vuelto solitaria, arisca e incluso borde. Muy borde. A pesar de que siempre le había caracterizado la dulzura. Se ha hecho amiga de la lluvia, quien se compadece de ella, de sus bajones, de sus lloreras. Ahora adora ver las gotas de lluvia caer sobre el cristal. Ama ver cómo cientos de miles de gotas corretean unas detrás de otras en la misma superficie, en el mismo cristal. Le encanta ver escuchar el sonido que hacen en el momento que pegan contra el cristal. El mismo instante en el que han encontrado su destino. Su trágico destino.
Sin embargo, odia el sol. Odia los días de verano. Odia el calor. Aunque antes siempre deseaba que el buen tiempo llegara. Lo odia porque debe salir. Salir a la calle. Donde ya nunca quiere estar. Donde las horas pasan en su contra y el reloj parece quedarse parado. Donde la compañía le sobrepasa y debe luchar contra ella. Su vida ya no es la misma. No.
Su carácter ha cambiado por completo. Los problemas la han cambiado. La soledad ha hecho que se convierta en lo que es ahora. Y, ahora, odia en lo que se ha convertido. Se odia a sí misma.
sábado, 8 de febrero de 2014
Son preguntas...
Me odio. Me odio por todo esto. Por estas cosas. Por estos bajones que acuden a mi sin sentido alguno. Y quitándome el sentido, se apoderan de mi. De una manera sobrenatural. Odio tener que derramar cientos de lágrimas sobre mi almohada y odio no conseguir sentirme bien.
No me gusta esto. Claro que no. A nadie le gustaría tener días así. Días en los que sientes que no tienes valor. O que tu vida no es lo suficiente importante para nadie. Y me pregunto cuál es el origen de todo esto. Me pregunto qué hace que ahora esté así, que ahora esté aquí. Me pregunto cuándo empezó todo. O cuándo por fin acabará.
Son preguntas a las que nunca consigo responder. Son preguntas a las que nadie puede dar respuesta. Al menos no la respuesta adecuada. Al menos no la respuesta necesaria para levantarme de la cama o para soltar mi almohada. Y querer vivir. Querer salir. Querer reír y dejar de llorar.
Esto no tiene sentido. Mi vida no tiene sentido.
miércoles, 1 de enero de 2014
Capitulo I. Página 1.
Hoy empieza un nuevo año. El calendario vuelve a poner a nuestra disposición 365 días para cambiar nuestra vida. Para arreglar nuestros errores. Para mejorar lo de años anteriores.
Aunque en realidad quizás esto solo es una excusa que la humanidad utiliza para tener una nueva oportunidad de cambiar nuestra vida. ¿No? Porque cuando cometes un error, debes solucionarlo. No esperar a que un nuevo año comience. No sé. Quizás yo sola me contradigo.
Pero pienso que lo único que va a cambiar hoy es el calendario de la cocina. Y el mes del año. Y la fecha final. Pasar del 13 al 14. Pero que hoy es miércoles. Y que es un día más. Y que ayer fue martes. De eso estoy completamente segura.
Sea cual sea el día, mes o año. Ayer fue un día más. Y hoy será el día siguiente. Que dará paso al mañana.